El hidroavión desaparecido en la ruta Quibdó-Cartago-Medellín, con un gran cargamento de oro
10 de marzo de 1934
El hidroavión Sikorsky S-38 de la SCADTA con matrícula C-46 y bautizado con el nombre de ‘von Krohn’ se accidentó el 10 de marzo de 1934, mientras realizaba su ruta Buenaventura (Valle) – Andagoya (Chocó) – Quibdó (Chocó) – Cartago (Valle) – Medellín (Antioquia).
El bimotor anfibio y con capacidad para ocho pasajeros, había realizado su ruta hasta Quibdó, desde donde había partido a las 9:30 am hacia Cartago y para posteriormente seguir a Medellín, con su tripulación conformada por el capitán Hans Walter Geck (piloto alemán con más de 500,000 kilómetros volados sobre Colombia), el mecánico Ernst Jahnke (alemán), y los pasajeros Alexander Notz (alemán), Julio Cesar Zúñiga (contador de la Intendencia del Chocó) y Newton C Marshall (gerente de la compañía minera Chocó-Pacífico). El hidroavión transportaba una remesa en oro valorada en aquella época en $30.000, además del correo aéreo.
El hidroavión se accidentó en su ruta Quibdó-Cartago, en una zona selvática y de difícil acceso. A pesar de los grandes esfuerzos por encontrarlo, no se tuvieron noticias de este hasta después de 24 días, cuando el único sobreviviente llegó a la pequeña población de Betania en el departamento del Valle, acompañado por un grupo de guaqueros (buscadores de tesoros indígenas), quienes lo habían encontrado a las orillas del río Uribe, un afluente del río Sipí en el Chocó.
Fueron muchas las historias que se tejieron alrededor de este accidente, y en particular por la demora en tener noticias de lo ocurrido, y por el tesoro en oro que transportaba.
La oferta de una gran recompensa a quien diera información del paradero del avión, tanto por parte de la compañía minera, como de la Scadta, generó una gran cantidad de versiones, en la que muchos cazadores de fortunas se aparecieran con informaciones falsas, pretendiendo reclamar las recompensas. Las versiones e información que se publicaba en la prensa en aquellos momentos eran totalmente contradictorias.
Luego de 24 días de búsqueda, el 5 de abril, llegaron a la población de Betania (Valle) el grupo de guaqueros con Newton C Marshall, gerente de la compañía minera Chocó-Pacífico y único sobreviviente del avión accidentado. Los guaqueros se habían encontrado el 21 de marzo con Marshall, cuando este bagaba completamente agotado por las orillas del río Uribe. Marshall se encontraba en muy malas condiciones por el largo tiempo que había estado perdido en la selva, alimentándose de frutas y peces, en un lugar cercano al avión accidentado.
Los guaqueros lo llevaron a su campamento con el fin que se recuperara un poco, luego se desplazó con ellos hasta donde estos habían encontrado el cuerpo de un hombre ahogado, muy cerca del punto confluencia del río Uribe con el caudaloso río Sipí. Marshall reconoció que el cuerpo correspondía al del piloto Geck.
En realidad el avión se precipitó a tierra en el departamento del Chocó, cerca al río Sipí, un afluente del río San Juan, durante un vuelo en malas condiciones climáticas.
En el momento del accidente murió el pasajero Julio Cesar Zúñiga, y el pasajero alemán quedó muy gravemente herido. El piloto y copiloto quienes sufrieron menores heridas, salieron del avión que había quedado completamente destrozado y ante el estado de gravedad del pasajero alemán y de las lesiones de Marshall, se dirigieron hacia el río en busca de ayuda.
El piloto y el mecánico perecieron ahogados en su intento de pasar el caudaloso río.
El pasajero alemán gravemente herido y sin poder comunicarse con su compañero de infortunio por su barrera idiomática, murió a los pocos días. Con la muerte del alemán y sin tener noticias del piloto y mecánico, Newton C Marshall bastante herido y agotado, se decidió internar en la selva hacia el río, en busca de ayuda. Deambuló cerca del avión por varios días, hasta que el día 21 de marzo se encontró con un grupo de guaqueros a orillas del río Uribe. Estos lo socorrieron y lo llevaron a su campamento en donde luego de una corta recuperación, se desplazaron caminando por la espesa selva hacia la hacienda Garrapatas y luego a Betania en el departamento del Valle a donde llegaron el 5 de abril, en una larga jornada por la selva. De allí se trasladaron por carretera al municipio de Bolivar en el Valle desde donde se pudieron comunicar por telégrafo.
En el lugar del accidente habían permanecido algunos de los guaqueros cuidando el valioso cargamento de oro. Las comisiones que llegaron posteriormente, dieron sepultura a los cueros de las víctimas en el lugar del accidente, dado la dificultad de movilizados a un lugar de fácil acceso y debido a su total estado de descomposición.
Luego de recuperado el tesoro y algunas partes del avión, los seis guaqueros recibieron el 26 de abril de 1934, una recompensa de ochocientos sesenta y seis pesos con sesenta y seis centavos, además de la gratificación que ofrecía la SCADTA.
LOS PILOTOS DEL VON KROHN PERECIERON AHOGADOS AL TRATAR DE VADEAR EL RÍO
Mr. Marshall habla exclusivamente para El Tiempo
Las primeras declaraciones de Mr. Marshall en Pereira. Cómo relata su odisea.
La Scadta despachó 25 hombres a traer el tesoro y algunas piezas del avión
NUEVOS PORMENORES DE LA TRAGEDIA
Pereira, abril 7
TIEMPO—Bogotá,
Enorme expectativa había en la ciudad, por la llegada del señor Marshall, único sobreviviente de la catástrofe del Von Krohn, cuya penosísima odisea, ha sido ampliamente informada por EL TIEMPO.
A las ocho de la noche llegó la comitiva que acompañaba al señor Marshall, quien fue alojado en la clínica del doctor Galloway, su médico y amigo muy antiguo.
A pesar de que el estado de agotamiento en que todavía se encuentra el gerente de la Chocó Pacífico no tuvo inconveniente en hacer una ligera relación de los acontecimientos desarrollados, desde el momento en que tomó el avión en Buenaventura, hasta su llegada a esta ciudad.
«En cuanto al estado de mi salud, manifiesta el señor Marshall, puedo decir que ya de las heridas recibidas a la caída del avión me siento casi bien: lo que me molesto es el estropeo del cuerpo, por lo difícil y penoso de la marcha, en el largo trayecto del sitio en que caimos hasta aquí.
El diez de marzo salimos de Buenaventura para Quibdó, con un tiempo muy nublado; pero sin embargo, continuábamos el viaje, sin la menor sospecha de la proximidad de un accidente. Yo leía tranquilamente un libro, cuando noté que el aparato descendía, pero de una manera anormal. Acto seguido se produjo el choque del avión contra un cerro, y ya no me di cuenta de nada, por haber que dado privado de conocimiento, a consecuencia de los fuertes golpes que recibí en el choque. Cuando volví en mí, habían transcurrido dos horas, pues el reloj marcaba la una y media de la tarde.
Todos los pasajeros conservaban sus asientos, y estaban con vida, a excepción del señor Zúñiga, que probablemente tuvo una muerto instantánea. El piloto bajó de su asiento, y me preguntó por el estado en que me hallaba. Lo contestó por señas, pues estaba imposibilitado para hablar, por la rotura de los labios, de los que manaba abundante sangre.
El piloto y el mecánico, que se encontraban en mejores condiciones que el resto de los viajeros, se fueron en dirección al río, en busca de auxilios, y no regresaron más.
LA DESESPERACIÓN DE NO ENTENDERSE
Entre los pasajeros, habla un alemán que sufrió en la caída la fractura de un pie y una mano, a quien atendí lo mejor que pude, pero que fue agravándose por momentos, hasta que al sexto día murió, sin que pudiéramos entendernos, a pesar de todos los esfuerzos que uno y otro hacíamos, pues ni yo conozco el alemán, ni el habla el inglés ni el castellano. Tristísimas escenas de este doloroso acontecimiento, que nunca se borrarán de mi memoria. El único alimento y medicina que podía suministrarle era un poco de agua, difícilmente recogida en un vaso de papel, de la lluvia o del rocío que quedaba en los vidrios de las ventanillas, y que era también lo único con lo que yo me sustentaba.
DESPUÉS DE UNA SEMANA
Durante una semana estuve casi inmovilizado, por los fuertes golpes recibidos, hasta que al fin pude moverme, y cambiar de alojamiento, a otro lugar de la cabina, donde hice el gran hallazgo de una lata de chocolate, que me sirvió de alimento por varios días.
RUIDO DE MOTORES
Una tarde sentí ruido de motores, e inmediatamente encendí una hoguera, para que el humo diera a conocer el lugar en que me encontraba; pero la lluvia incesante, que caía a mañana y tarde, hacia inútil esta medida, que hubiera podido orientar a los que nos buscaban.
..Me decidí al fin, a abandonar el avión, donde habla pasado largos días de desesperación y angustia, y seguí el curso del río, dejando antes un aviso escrito, de la dirección que tomaba.
Ascendí por una gran loma, bajé al otro lado y vagué por las orillas del río, con mil tropiezos y contratiempos, por el espacio de dos días.
AL FIN SERES HUMANOS
Aunque nunca perdí la esperanza de salvarme, a pesar del estado de agotamiento en que me hallaba, fue grande la conmoción que experimenté, al ver de pronto, allá a lo lejos, la silueta de cuatro seres humanos. Como no tenía fuerzas para gritar, esperé el momento en que ellos se dieran cuenta de mi presencia, y les hice señas de que se acercaran. Les conté a grandes rasgos, el fatal accidente del avión, del que ellos no tenían la menor noticia, y les pedí algo que comer. Me dieron lo único que llevaban consigo, que era un pedazo de panela con lo que reaccioné un poco.
EL CADAVER DEL PILOTO
Mis nuevos compañeros me contaron, que bastante abajo, habían encontrado et cadáver de un hombre, que supuse naturalmente, que sería el del piloto o el del mecánico. Seguimos caminando, hasta el lugar indicado, y pude reconocer que era el del piloto.
LAS ÚLTIMAS ETAPAS
Mis salvadores me llevaron a su campamento, en donde me prodigaron toda clase de cuidados, y con ellos emprendí la salida al sitio de Naranjal, luego a Betania y por fin a la hacienda Garrapatas. Durante dos días, mi estómago de debilitado en extremo, no podía soportar más alimento que leche y huevos, hasta que que me sentí bastante fuerte para seguir mi viaje» El señor Marshall ha sido aquí visitado por innumerables personas y por los representantes de la prensa. CORRESPONSAL
TIEMPO—Bogotá.
Una expedición compuesta de 25 personas salió de esta ciudad, con rumbo a Betania, con el propósito de internarse en la montaña, hasta el sitio en que se encuentra el Von Krohn, para traer el tesoro, los equipajes y los elementos servibles del aparato.
Va esta expedición por cuenta de la Scadta y a las órdenes del señor Herzhauser. Tratarán de unirse con los demás expedicionarios, que fueron despachados desde Bolívar.
El abogado de la Chocó Pacific, doctor Holguín Lloreda, habló con el señor Marshall, quien le informa que se encuentra bastante mejor, que se demorará en Pereira, hasta su completo restablecimiento.
La señora de Marshall continua todavía en el Chocó. Donde ha recibido noticias directas de su esposo, que le dan a saber el adelanto de su mejoría.
Noel Jaramillo
Se encuentra en esta ciudad el joven Noel Jaramillo, que fue uno de los que encontraron al señor Marshall cuando andaba errante por la montaña, en busca de socorro.
Cuenta Jaramillo, que en la confluencia de los ríos San Agustín y Sipí, el primero de los cuales es bastante torrentoso, encontraron él y sus compañeros el cadáver de un hombre que vestía pantalones azules, de cabello medio rubio, que reposaba sobre un pequeño barranco y que tenía el estómago y los pies destrozados por las aves de rapiña.
Supone que tanto el piloto Geck como el mecánico Jahnke perecieron al tratar de atravesar el río, donde debieron haber sufrido fuertes golpes.
Los pasajeros Zúñiga y Notz fallecieron dentro de la cabina del avión: el primero. inmediatamente después de la caída; y el segundo a los seis días en brazos de Marshall.
Hacia Pereira
El señor Marshall, acompañado del doctor Galloway, salió de Bolívar a las seis de la tarde. A tres kilómetros de Zarzal, estuvo el automóvil en que viajaban a punto de caer en una chamba llena de agua, a consecuencia de haber encontrado removido el terraplén.
La recompensa ofrecida
Me informa el doctor Holguín Lloreda, que esta esperando órdenes para hacer pagar a Jaramillo la recompensa ofrecida por la compañía Chocó-Pacífico, que tan bien ganada la tiene. Es muy posible que la citada compañía de ocupación a este valeroso joven en alguna de las dependencias de su negocio, para aprovechar las excelentes condiciones que posee como hombre de trabajo y en vista de las atenciones que prodigó al señor Marshall.
Jaramillo esperará en Cali hasta que se resuelva este asunto.
Los doctores Garcés y Holguín desistieron de su viaje a Pereira por considerarlo innecesario y regresaron anoche a esta ciudad.
Caicedo Riomaña, corresponsal.
EL ÚNICO SOBREVIVIENTE DEL VON KROHN RELATA LAS CAUSAS DEL SINIESTRO
El Sr. Marshall hizo anoche sus primeras declaraciones. Fue hallado el aparato en las cercanías del Rio Sipí. Lo descubrieron unos buscadores de tesoros
Con excepción de Marshall, los demás pasajeros perecieron. Uno de ellos en brazos del sobreviviente. Cómo fueron hallados los cadáveres. Detalles
MARSHALL ANDUVO 24 DÍAS EN LA SELVA
En las primeras horas de la madrugada del día de ayer, y después de veinticuatro días de búsqueda intenso, fue localizado el anfibio bimotor Von Krohn, de propiedad de la Scadta, perdido en un vuelo comercial de Quibdó a Medellín, cuando conducía varios pasajeros y una fuerte cantidad de oro. Las primeras noticias fueron recibidas en Bogotá en las horas del medio día de ayer, por comunicaciones dirigidas por el telegrafista jefe de la oficina de Cali al ministro de correos, doctor Alberto Pumarejo, y por los despachos telegráficos de los corresponsales de la prensa.
LOS PRIMEROS DETALLES
A las diez de la mañana de ayer tuvimos nosotros el primer informe sobre el hallazgo del Von Krohn, por medio del siguiente despacho:
Cali, 5. (Urgente de las diez de la mañana).
TIEMPO.—Bogotá.
Noticias llegadas a esta ciudad de la población de Bolívar, distante de Cali cuatro horas en automóvil, dan cuenta de que fue hollado el anfibio Von Krohn, de la Scadta, que había sufrido un accidente al volar de Quibdó a Medellín. Inmediatamente que se conoció la noticia en esta ciudad, el señor Célimo Bueno, gerente de la Scadta en Cali, pidió una comunicación con la oficina telegráfica de Bolívar, de donde se le pasó, con grandes dificultades, debido a las interrupciones, el siguiente mensaje, que les trascribo textualmente:
«El avión está en la montaña, más allá de Betania. Todos los pasajeros están muertos y despiden fetidez. Tan sólo se encontró vivo el gerente de la Chocó Pacífico, N. C. Marshall, quien fue descubierto por unos guaqueros. No puede hablar pues está muy débil.»
LAS DISTANCIAS
Inmediatamente después el señor Bueno se puso en comunicación telefónica con Bogotá, con el fin de trasmitir la noticia. Me dice en estos momentos que espera órdenes de la oficina de la Scadta en Barranquilla para trasladarse en el acto a Bolívar, población que como he dicho, dista de Cali cuatro horas en automóvil. Betania dista de Bolívar cuatro horas a caballo.
Reina enorme sensación con esto motivo. La noticia se ha difundido rápidamente en la ciudad. Informan, asimismo, que el gerente de la Chocó Pacífico, señor Marshall, llega al medio día a Bolívar, y que ha sido trasladado con enormes cuidados debido al estado de extrema debilidad en que se halla. CAICEDO RIOMAÑA. corresponsal
LA NOTICIA DEL TELEGRAFISTA
Poco después el señor ministro de correos y telégrafos recibió el siguiente informe de la oficina de Cali:
«Cali, abril 5 de 1934.”
Doctor Pumarejo—Central.
Bogotá.
«Acaba de comunicar oficialmente alcalde de Bolívar (Valle) a gobernador y comandante policía ésta: que avión Von Krohn fue localizado en río Uribe, afluente del río Sipí, hallándose como único sobreviviente N. C. Marshall, gerente compañía minera Chocó Pacifico; éste encuéntrase corregimiento Betania, estado bastante agotamiento; que aparato dizque hallase buen estado, asimismo sumas conducía, dice alcalde iba a despachar inmediatamente comisión fin custodiar dinero evitar piérdase; informa indios guaqueros encontráronlo, condujéronlo corregimiento aludido. S. Gonzalo Jardín, Jefe.»
EL COMUNICADO DE LA SCADTA
Después del medio día la oficina de la Scadta en Bogotá suministró a la prensa el siguiente comunicado:
«Noticias recibidas del alcalde de Bolívar, Valle, y transmitidas por éste al gobernador del Valle, dan cuanta que el avión Von Krohn fue localizado por unos indios guaqueros en las montañas, mas allá de Betania, sobre el río Uribe, afluente del Sipí, hallándose como único sobreviviente al pasajero señor N. C. Marshall, gerente de la Compañía Minera Chocó-Pacífico quien dicen está llegando en estos momentos a Bolívar, Valle.
La Scadta Inmediatamente despachó de Bogotá su avión Fokker que puedo aterrizar en las cercanías de Bolívar, con dos (2) empleados para que se trasladen inmediatamente al sitio en donde se encuentra el avión Von Krohn. El avión Fokker permanecerá en Bolívar a la disposición del señor Marshall y de un módico y de una enfermera, quienes ya salieron de Cali en automóvil a Bolívar a fin de atender en seguida al pasajero señor Marshall, quien dicen se encuentra en estado de suma debilidad y no puede hablar.
Según conceptúe el médico, el señor Marshall será trasladado por avión a Cali ó Bogotá. Esperamos poder dar Informes más precisos sobre el particular en el curso de esta tarde o a más tardar en las primeras horas de la mañana.»
SE ENVÍAN AUXILIOS
Cerca de la una de la tarde recibimos un nuevo despacho de nuestro corresponsal en Cali. Es el siguiente:
Cali. 5. TIEMPO—
Bogotá.
En estos momentos se hacen los preparativos para que se trasladen a Bolívar, en este departamento, varios profesionales qua llevan el encargo de salvar la vida del señor Marshall, gerente de la compañía Chocó Pacifico. El doctor Alberto Holguín Lloreda verifica las últimas diligencias con grande actividad, con el fin de salir dentro de breves momentos en asocio del médico Luis H. Garcés, jefe de la clínica del mismo nombre, de otro médico y de varios ayudante contratados especialmente por el doctor Holguín Lloreda. Viajan, además, un enfermero y una enfermera de la clínica Garcés. Conducen también todos los elementos y medicinas de urgencia que necesitan para el traslado del señor Marshall. En el mismo automóvil viajarán con los médicos, el abogado doctor Holguín, y el señor Célimo Bueno, gerente de la Scadta.
QUIENES CONDUCEN A MARSHALL
El doctor Holguín Lloreda ha dado órdenes terminantes al alcalde de Bolívar para que se proceda con sumo cuidado en el traslado del señor Marshall, pues ha dicho que es urgente que el viaje se haga lentamente desde Betania hasta Bolívar, con el fin de evitar serias complicaciones. Ha aconsejado, además, que se tengan muchas precauciones en el alimento que se dé al señor Marshall.
Se me informa que varios peones conducen en estos momentos al señor Marshall usando una parihuela con el fin de no maltratarlo. Deben llegar a la población de Bolívar entre las diez y las doce de la noche de hoy.
LAS ATENCIONES
El señor Célimo Bueno viaja con el objeto de prestar ni señor Marshall las atenciones del caso y disponer, si así lo aconsejan los médicos, que uno de los aviones de la Scadta se traslade desde Barranquilla al sitio de la catástrofe o sus cercanías, a fin de que el señor Marshall sea traído a Cali, en donde se le prestarán las atenciones que requiere su estado de extrema debilidad.
QUIENES LO ENCONTRARON
El alcalde de Bolívar, en telegrama dirigido ni gobernador del departamento, informa que los guaqueros (buscadores de guacas o tesoros indígenas) que encontraron al señor Marshall, fueron Jesús Ocampo, R. Echeverri, Justo Arias y otros. Es entendido que estos trabajadores recibirán los premios ofrecidos y que son el cuarenta por ciento de los tesoros que llevaba el Von Krohn, pertenecientes a la Chocó Pacífico más la gratificación de seis mil pesos ofrecida por la Scadta.
EL ESTADO DEL AVION
Se nos informa que el avión se encuentra en buen estado, y que el tesoro que conducía esta intacto. Se están tomando las medidas del caso para recoger los cadáveres que se hallan en completo estado de putrefacción en las montañas de Betania, para lo cual se despachará una comisión especial desde Bolívar, a órdenes del alcalde. Seguiré Informando. CAICEDO RIOMAÑA, corresponsal.
NUEVOS DETALLES
En las horas de la tarde de ayer recibió el ministerio de correos el siguiente comunicado:
«Cali, abril 5 de 1034.
Doctor Pumarejo.—Central.
Bogotá.
Según informes últimos de telegrafista Bolívar (Valle) son los mismos comuniquéles antes, dice además, señor Marshall no puede casi hablar motivo extremado agotamiento encuéntrase, fue hallado por unos indios guaqueros quienes trajéronlo a corregimiento Betania. Lugar donde encuéntrase avión, dista unos tres días del corregimiento: los indios Reinaldo Echeverri, Justo Arlas, Jesús Ocampo, Noel Jaramillo y Alejandro Arango fueron quieren encontráronlo en una selva, muy refundido, dicen carga sus papeles, tarjetas, pasaportes, puso un telegrama para el Chocó, resto excursionista quedáronse cuidando el avión y dinero. Servidor,
Jordán, Jefe»
EL ESTADO DEL SR. MARSHALL
Cali, 5
TIEMPO.—Bogotá.
En nuevas comunicaciones dirigidas a la gobernación de este departamento, el alcalde de Bolívar Informa que a las tres de la madrugada de hoy llegó un posta a esa población, trayendo un mensaje del señor Marshall para Itsmina. Informan que los indios que lo encontraron tuvieron que darle la mano para que pudiera caminar, pues el estado de agotamiento en que se hallaba no se lo permitía.
Agrega el posta que el señor Marshall se halló aproximadamente a una legua distante del aparato, tanto por la fetidez de los cadáveres como porque estaba buscando una vía o un sitio poblado con el fin de ponerse en contacto con alguien que pudiera auxiliarlo.
Las mismas comunicaciones, dan cuenta de que el posta, que uno de los guaqueros que encontraron el Von Krohn, manifiesta además que tanto el aparato como el señor Marshall fueron descubiertos por los guaqueros cuyos nombres les he comunicado, quienes desde hacia algunos días se habían internado en la selva y andaban buscando tesoros, pues es fama que en aquella región existen grandes tesoros abandonados por los indígenas. El señor Marshall se hallaba muy adentro de la montaña. Su traje de ciudad estaba completamente despedazado, aunque conservaba algunos bolsillos, donde guardaba su pasaporte, documentos y papeles que lo acreditaban perfectamente como el gerente de la Chocó Pacifico. Se hallaba en un estado de agotamiento tal que los excursionistas tuvieron que ayudarlo para que pudiera caminar. Solamente pudo hacerles algunas señales que los guaqueros lograron comprender, pues apenas si se le entendía una palabra.
DOS COMISIONES
Se me informa igualmente que los excursionistas que encontraron al señor Marshall. en vista del agotamiento en que se hallaba, le ofrecieron algunos alimentos, de los que llevaban como provisiones para la vida en la selva. Así pudo reaccionar un poco el señor Marshall, y pronunciar algunas palabras. Indicó que en el río Uribe, afluente del Sipí, se hallaba el avión junto con los cadáveres y el oro que transportaban. Atendiendo las indicaciones del gerente de la Chocó Pacífico, los guaqueros se distribuyeron en dos comisiones: unos se encargaron de conducirlo a Betania, sitio cercano y los demás se quedaron cuidando el avión. En esta forma lograron llevar al señor Marshall hasta el sitio poblado mas próximo al lugar en que cayó el aparato. El señor Marshall estaba completamente agotado pues se comprendía, según indica el posta, que se había venido alimentando con frutas, hojas y peces cogidos en el río Uribe. Pero que en el momento de encontrarlo yo le faltaban las fuerzas.
EL CADAVER DEL PILOTO
Nuevas informaciones obtenidas en esta ciudad dan cuenta de que otro de los cadáveres, que se supone es el del piloto señor Walter Geck, fue hallado en las orillas del río Uribe. Consideran que este cadáver corresponde al del aviador por las señales encontradas en su vestido. Además, el cadáver aparece con una linterna en una mano y una pistola en la otra. El estado de descomposición del cadáver les impidió acercarse bien para identificarlo.
A última hora se informa que el señor Marshall llegará a Bolívar esta noche o en las primeras horas de la mañana, pues como lo he dicho, de Bolívar a Betania hay más o menos cuatro horas de camino, y de Betania al lugar del siniestro hay tres días de camino por una montaña espesa. Se me ha confirmado la noticia en el sentido de que el dinero que conducía el avión está intacto. CAICEDO RIOMAÑA, corresponsal.
LAS CAUSAS DEL ACCIDENTE
Hasta el momento en que escribimos estas líneas no hemos recibido nuevas informaciones sobre la suerte que haya corrido la expedición que conduce al señor Marshall del sitio del siniestro a Bolívar, la única población cercana que tiene oficina telegráfica. Por esto motivo no ha sido posible saber si el señor Marshall se encuentra ya en condiciones de suministrar informes sobre las causas que determinaron el accidente, pues como se recordara, el Von Krohn hizo el viaje sin contratiempos de Buenaventura a Quibdó, donde descendió un señor González que viajaba a Medellín. Pocas horas después de salir de Quibdó, las oficinas de radio no recibieron más comunicaciones del radiotelegrafista del bimotor, comprobándose después que el aparato habla sufrido un accidente por no haber llegado al sitio de destino.
De tal manera que no es posible todavía suministrar datos completos sobre las causas del siniestro, aunque las versiones mas aceptables hicieron creer en una falla de los motores que obligó al piloto a buscar un sitio apropiado para un aterrizaje o acuatizaje de emergencia. Y como considerara que el río Uribe, afluente del Sipí, tenia capacidad para el acuatizaje, el aviador se precipitó sobre las aguas del citado río, resultando heridos todos los pasajeros y tripulantes. Mas como cayeran en un sitio distante muchos kilómetros de los centros poblados les fue imposible salir de la montaña y algunos de ellos perecieron por falta de una curación oportuna de las heridas que recibieron. Así se desprende de las comunicaciones anteriores a los detalles conocidos ayer, y en las cuales se daba cuenta de que uno de los pasajeros anduvo por las orillas del Sipí, buscando sitios poblados en demanda de auxilio para él y sus compañeros.
LA SCADTA DESPACHA UN AVION
En la noche de ayer uno de nuestros redactores conversó brevemente con varios de los altos empleados de la Scadta en Bogotá. Nos manifestaron que hasta esa hora no tenían ninguna noticia nueva sobre el curso de la expedición que conduce al señor Marshall, pues debido a la distancia que hay del sitio en donde fue hallado hasta la población de Bolívar, donde existe oficina de telégrafos, no será posible obtener nuevas informaciones hasta el día de hoy.
Sin embargo, nos manifiestan que a las dos de la tarde de hoy despacharon de esta ciudad, con dirección a Cartago, uno de los aviones de la Scadta, piloteado por el aviador Thom, quien lleva el encargo de hacer algunas exploraciones sobre el terreno en que fue localizado el Von Krohn y buscar la manera de aterrizar o acuatizar en un sitio cercano. En Cartago o Cali decidirán sobre el traslado en avión del señor Marshall a Bogotá.
QUIENES SON LAS VICTIMAS
Como se desprende de las informaciones anteriores, son tres las víctimas en el siniestro del Von Krohn: el piloto Walter Geck, uno de los más expertos aviadores al servicio de la Scadta, quien había hecho el mayor recorrido, después del mayor Boy, en Colombia; el señor E. Jahnke, mecánico y radiotelegrafista del bimotor, y el señor Julio César Zúñiga Ángel, uno de los pasaderos, nacido en Quibdó en el año de 1882. Era hijo de don Gonzalo Zúñiga, natural de Popayán, y de doña Felicia Ángel de Zúñiga, distinguida dama de Quibdó. Hizo estudios de comercio en Estados Unidos, de donde regresó al país después de obtener su grado. Fue capitán de puerto de Barranquilla durante largo tiempo, En 1923 contrajo allí matrimonio con la señora doña Josefina Conde de Zúñiga. En Quibdó, donde residía últimamente, desempeñó cargos de importancia, pues en repetidas ocasiones fue miembro del consejo municipal, miembro del consejo administrativo de la Intendencia del Chocó, administrador general del tesoro de la misma, profesor de varias asignaturas en el colegio Carrasquilla y alcalde de Quibdó, donde fundó la primera planta de hielo que ha venido funcionando y estableció el primer salón de espectáculos en la capital de la Intendencia. Tenía varios hermanos, entre ellos los señores Gonzalo e Ibrahian Zúñiga y doña Felicia Zúñiga de Rey. Su trágica desaparición cubre de luto muy respetables hogares de la Intendencia del Chocó.
EN BUSCA DEL VON KROHN
Bolívar, Valle, 5.
TIEMPO.—Bogotá.
Acaban de salir para Betania el doctor Galloway, notable módico americano especialista en enfermedades de la cabeza, residente normalmente en Pereira, y dos alemanes de la Scadta, con un equipo de radio para trasmitir las noticias desde la montaña cuando lleguen al lugar en donde se encuentra el Von Krohn.
HOY LLEGARA MARSHALL A BOLÍVAR
A última hora se informa que el señor Marshall y sus compañeros no llegarán a esta población sino hasta hoy en las horas de la mañana. Con este motivo reina enorme expectativa. CAICEDO RIOMAÑA, corresponsal.
NUESTRO CORRESPONSAL EN BOLIVAR
Bolívar, Valle, 5.
TIEMPO.—Bogotá.
En esto momento acabo de llegar de Cali. Las noticias procedentes de Betania, corregimiento de este municipio, dan cuenta de que los guaqueros Reinaldo Echeverri, Justo Arias, Jesús Ocampo, Noel Jaramillo, Darío Moreno y Alejandro Arango encontraron cerca del río Uribe, afluente del Sipí, errabundo por la montaña y completamente extenuado, al señor Marshall, quien desde hace ocho días apenas puedo pronunciar palabra. Los guaqueros lo atendieron en una tolda de campaña donde ellos estaban instalados y luego lo trajeron, con todos los cuidados necesarios, al corregimiento de Betania, a donde llegaron en las últimas horas de antenoche, con el equipaje y el oro que llevaba el avión, todo lo cual encontraron en el sitio en donde cayó el aparato. Estos mismos guaqueros fueron los que hace algunos días encontraron un cadáver, que pareció ser en un principio el del piloto Walter Geck.
LA NOTICIA DEL SALVAMENTO
El señor Marshall, al llegar a Betania, envió una tarjeta al alcalde de esta población dándole aviso de que él era el gerente de la Chocó-Pacífico. El alcalde comunicó inmediatamente a la gerencia de la compañía en el Chocó la noticia del providencial salvamento del señor Marshall.
EL CADAVER DEL PILOTO
Los guaqueros informan que debido a la fetidez de los cadáveres que había en las proximidades del aparato no pudieron acercarse a ellos, pero que si alcanzaron a ver al piloto con lámpara y una pistola en las manos.
PRIMERAS DECLARACIONES
El señor Marshall informa que debido a la neblina, el avión tropezó contra una de las cuchillas de la montaña y se precipitó luego contra el suelo, quedando muerto instantáneamente uno de sus compañeros. El otro, que lo sobrevivió algunas horas, murió en sus brazos.
LLEGA UN AVION
Hoy, a las cuatro de la tarde aterrizó en Cartago el avión Bogotá. procedente de esa capital. El aparato voló sobre la población de Bolívar, pero no encontró campo propicio para aterrizar, por lo cual se vio obligado a descender en Cartago, de donde vinieron los pasajeros a Zarzal y de ahí a esta población.
En estos momentos converso con los ocupantes del aparato piloto Thom, médico Klein y su acompañante Fellner, quienes salen esta misma noche para Betania, con el fin de atender al señor Marshall, quien presenta serias heridas, especialmente en la cabeza.
DONDE ESTÁ EL VON KROHN
El alcalde de esta población despacho desde las cuatro de la madrugada una comisión de la policía departamental acantonada en Bolívar, la cual salió caballo. Betania dista de Bolívar 80 kilómetros aproximadamente y desde este corregimiento hasta el lugar en donde está el von Krohn hay ocho días a pie, por entre la montaña, donde no hay trochas y las cuestas son muy penosa.
LA LLEGADA A BOLIVAR.
El comandante Zuluaga Uribe, de la policía departamento, también se encuentra en esta población procedente de Cali. Se cree que las comisiones enviadas a traer al señor Marshall y los guaqueros que lo encontraron llegarían aquí esta noche en las primeras horas del amanecer. Lo traen en una silla especial. CAICEDO RIOMAÑA, corresponsal.
HABLAN LOS GUAQUEROS
Bolívar. 5,
TIEMPO.—Bogotá.
Refiere el guaquero Echeverri que salió con sus compañero de Betania con dirección a la montañas el día lunes 12 de marzo, dos días después de la catástrofe del Von Krohn, y que después de nueve días de vivir en la divisaron un espectro humano que les hacía señas. Alistaron ellos las armas para dispararle creyendo que se trataba de alguna aparición miedosa y entonces el espectro hizo nuevas señas pidiéndoles que no lo mataran.
Mr. Marshall que no era otro el espectro, cayó poco después desmayado a tierra. Los guaqueros llegaron a él, le ayudaron y le dieron algunos alimentos. Marshall reaccionó un tanto para desmayarse nuevamente y luego, restablecido, les contó que era una de las víctimas del siniestro del Von Krohn, y les indicó dónde estaba localizado el aparato, pero reservándose darles aviso sobre el tesoro.
Cuatro guaqueros se dirigieron entonces a custodiar el aparato, dos condujeron a Marshall hasta Betania y otro de ellos se encaminó a Bolívar portando una tarjeta, toda untada de sangre, en la cual Marshall explicaba al alcalde de esa población que era gerente de la Chocó Pacífico y el único sobreviviente de la tragedia del Von Krohn.
SE ORGANIZAN LAS EXPEDICIONES
El alcalde de Bolívar, Carlos García, con actividad admirable, organizó entonces las expediciones en cuyo trabajo fue secundado por todos los habitantes de la citada ciudad. CAICEDO RIOMAÑA, corresponsal.
Bolívar, 5
TIEMPO.—Bogotá.
Acaban de llegar de Cali el abogado de la Chocó Pacífico, doctor Holguín Lloreda, el doctor Garcés, médico, y la enfermera graduada señorita Lily Hall. Esta noche seguirán rumbo a Betania, para donde saldrán a las once de la noche a caballo, acompañados de otras seis personas. Llevan equipajes y toda clase de medicinas e instrumental de cirugía. Se calcula que llegar Betania en las primeras horas del día. En estos momentos el doctor Holguín Lloreda dirigió un telegrama a la señora Marshall, quien residen en Andagoya, Chocó con el fin de comunicarle todos los sucesos. CAICEDO RIOMAÑA, corresponsal.
Bolívar, 5
TIEMPO.—Bogotá.
EN estos momentos, las once de la noche, salen por la vía de Naranjal, rumbo a Betania, los últimos excursionistas, doctores Holguín Lloreda, Garcés y algunas otras personas: en total nueve viajeros. También llevan una carga de medicinas. Llegarán a Betania a las seis de la mañana.
Reina una gran sensación por la llegada del señor Marshall y el resto de la comitiva, lo que sucederá en las primeras horas de la tarde, según las últimas noticias recibidas. CAICEDO RIOMAÑA, corresponsal.