Los Sikorsky S-38 de SCADTA representaron una etapa transformadora en la aviación colombiana en sus inicios, simbolizando la transición de una operación aérea principalmente acuática a una que también integraba puertos terrestres.
Este anfibio bimotor, apodado “el barco del aire”, fue clave en la expansión de las rutas aéreas hacia el interior de Colombia gracias a su capacidad para despegar y aterrizar tanto en agua como en pistas rudimentarias. Su robustez y versatilidad permitieron a SCADTA conectar regiones antes inaccesibles, facilitando el transporte de pasajeros y carga y fomentando el desarrollo económico y social.
Con estas operaciones, el anfibios Sikorsky S-38 no solo extendió la red de aviación colombiana sino que también ayudó a establecer las bases para una infraestructura aeronáutica más sofisticada y diversificada en el país.